Tuesday, November 07, 2006



Por ahí estuvo declarando ella, que desea para Chile un "Estado de Bienestar"....sin especificar a qué se refería pero suponemos que estaría pensando en algún bucólico modelo socialista Europeo, posiblemente Sueco.... Dios nos libre.
Podríamos repasar un poco lo que eso significa, antes de meternos en un forro del que es muy difícil salir, porque vivir para pagar impuestos que no se sabe en qué se gastan,,, eso sí que es forro.

Cedo la palabra:

¿¿Nos conviene el “Estado de Bienestar”??

(ponencia de Rafael Aldunate, tomada de “La Segunda”)

Ciertamente que los países nórdicos y Suecia en particular se beneficiaron de un periodo de crecimiento, productividad y bienestar social casi sin precedentes … ..pero solo hasta 1950.
Desde esa década su valor marca país ...y su prestigio han estado por delante de sus reales avances; su verdadero derrotero más bien ha sido una paulatina y sostenida declinación. Desde 1970 a la fecha, Suecia ha descendido en riqueza, del lugar 5 al número 16 entre los países desarrollados, es decir, de los primeros a los últimos entre sus pares.
Su mentado “modelo social” sustentado en los impuestos mas altos del mundo, vinculados al mas generoso Estado Benefactor, ha perdido dinamismo a tal extremo, que la herencia más trascendental que puede legar un Gobierno, la creación de trabajo sustentable, ha estado desmedrando sistemáticamente en Suecia.

Según la prestigiosa consultora internacional McKinsey el desempleo “verdadero” se mueve en un lapidario rango entre 15% y 17%. Estudios internos sostienen que su país no ha creado empleos netos privados remontándose nada menos que a 1950, sin una escuela de empuje y laboriosidad; “anestesiado” por un Estado asistencialista que hace perder vigor a las células vivas que dan forma y organización a una sociedad.

Una evidencia adicional, un dramático 16% del total del gasto público se escurre en un amplio abanico de prestaciones relativas a licencias y gastos médicos, el ausentismo al trabajo es una constante y no una excepción. Entre las 50 mayores empresas de Suecia solo “una” se ha creado después de 1970 y la falta de iniciativa individual se traduce en la tasa más reducida de empleados independientes de toda la OCDE. Con el agravante de un mercado de trabajo asfixiantemente regulado, jineteado por poderosas confederaciones de sindicatos que no ceden pretéritas reivindicaciones subvalorando la competencia global, y restando opciones a las nuevas generaciones.

Según el Banco Central Europeo la productividad de su sector público es la mitad del de Estados Unidos . Esto tiene mayor repercusión cuanto tantos dependen del Estado; un 30% trabajan para él, y algo mas de otro 30% recibe trasferencias directas del Estado, lo que condicionó que de 74 años de vida parlamentaria, 65 votaran por el mismo gobierno social-demócrata….atacar al gobierno se asociaba como un ataque a Suecia en si misma!!.

Pero se ha estdo hipotecando el bienestar no solo futuro sino también del presente por una discutible maquinaría de asistencialismo estatal montada para la perpetuación de un sistema politico.

La oposición finalmente ha ganado desmitificando una ilusión que no era permanente, real ni consistente, haciendo tomar conciencia a los electores del real “ estado de situación”.

Sin embargo, al promover una mayor privatización; reducir los subsidios laborales; endurecer el trato a la delincuencia; disminuir el impuesto al patrimonio y facilitar a las empresas tanto las contrataciones como los despidos, está dando una nítida señal de que los impuestos ahogan el crecimiento y que el Estado no es un buen generador ni administrador de recursos.

Y por ello la figura moderada del joven ( 41 años)nuevo líder de la Alianza, Fredik Reinfeldt no será solo un paréntesis, como cierta prensa quiere interpretarlo …y así se lo exigirá su mayoría democrática cuando tomen mayor conciencia de que los incentivos perversos hacían más atractivo quedarse en casa que trabajar, y que con permisos de maternidad de 480 días, ….se conseguían votos pero no se construía país, y la sociedad caía en un peligroso letargo.

La Concertación va por un similar camino … una coalición política que prioriza su objetivo electoral exitosamente, el temor a la precariedad social y la influencia de organizaciones sindicales cupulares le inhiben a reformas de cara a la globalización y las exigencias competitivas de sus propios Acuerdos Comerciales que ha firmado con gigantes continentales.

Rafael Aldunate V.
Director Económico MCC Inversiones Globales


¿¿Por que no crecemos??

Columna de Juan Andrés Fontaine tomada de “La Segunda”

Son pasajeras las malas cifras que ha producido últimamente la economía, se nos dice. Debemos confiar en una pronta recuperación del dinamismo acostumbrado, porque nuestra economía está sana, el clima internacional sigue muy favorable y la conducción de la política económica es correcta.

En verdad, hay indicios positivos. Las importaciones de maquinaria y equipos han comenzado a repuntar. Las últimas cifras de ocupación del INE sugieren un avance en empleos. Por la caída del petróleo, los salarios reales podrían mejorar. Las expectativas de consumidores y empresarios muestran el regreso de un cauto optimismo. La bolsa –azuzada por los excelentes resultados de algunas empresas- ha subido 21% a lo largo del año.

Todo indica, entonces, que el optimismo que transmiten las autoridades de gobierno puede ser justificado. Pero hay un molesto detalle que no podemos pasar por alto: doce meses atrás, las perspectivas también parecían muy promisorias y, contraviniendo todas las proyecciones, terminaremos este año con crecimiento inferior al 4,5% anual. ¿Dónde estuvo la falta? ¿Cómo evitar su repetición?

En el candente debate sobre las causas y remedios del enfriamiento económico suelen confundirse dos dimensiones diferentes del problema. El primero es que el crecimiento del PIB será un punto porcentual inferior a la expansión estimada en el producto potencial, o lo que es lo mismo, la capacidad productiva.
El segundo es que esa tasa de crecimiento potencial es hoy muy inferior al estimulante ritmo que conocíamos hasta mediados de la década pasada.
La brecha entre el crecimiento efectivo y el potencial es un problema de origen macroeconómico. La elevación del crecimiento potencial, en cambio, exige reformas en el campo de la microeconomía.

Para nuestras autoridades la causa del bajón es una suma de factores puntuales, como la huelga de Escondida y un derrumbe en Chuquicamata, pero esos imprevistos explican una reducción de no más de tres décimas en la tasa de crecimiento anual del PIB.
Los restantes factores “puntuales” -por ejemplo, el golpe del alza del petróleo sobre los ingresos y las expectativas – actúan sobre la demanda agregada y son precisamente el tipo de perturbaciones que una política macroeconómica atenta debe saber neutralizar. Y es inevitable que eventos semejantes surjan en el futuro.

Durante el presente año las malas expectativas suscitadas por la ley de subcontrataciones y las demoras en la ejecución presupuestaria han afectado negativamente la demanda interna. Por otra parte, el impacto del golpe petrolero pudo ser paliado con una rebaja de los impuestos a los combustibles , haciendo uso de las holguras presupuestarias disponibles, pero no se hizo.

Buena parte de las esperanzas sobre una recuperación del dinamismo el próximo año están cifradas en el presupuesto fiscal expansivo que hoy se tramita en el Congreso. Dicho presupuesto contempla un incremento de 8,8% real en el gasto público, el más alto desde 1991.
La reciente proyección de la actividad de la construcción, anticipa un saludable aumento para el próximo año, pero esa perspectiva depende crucialmente de la expansión de 24% prevista en la construcción de viviendas e infraestructura con financiamiento estatal. Mientras tanto, el ritmo en la construcción privada se elevaría tan sólo al 3%.

La ejecución diligente y eficiente del presupuesto fiscal será una condición decisiva para que el 2007 sea en verdad un buen año. Consideradas las "demoras" (y los robos) en las que suele incurrir nuestra burocracia, no parece lo más prudente confiar sólo en la capacidad de tiro del paquidermo estatal para basar el impulso económico.

El problema más serio no es el bajón en el crecimiento del presente año, sino la insuficiencia del crecimiento potencial. El remedio para volver a crecer rápido y sostenidamente es un conjunto de reformas que cuentan con amplio consenso técnico, pero que se estrellan una y otra vez contra el muro de los intereses económicos y las conveniencias políticas. El presupuesto fiscal 2007 no sólo no acomete las reformas prioritarias –que suelen ser caras-, sino que plantea una expansión del gasto que no puede sino tener un efecto negativo sobre el dólar y la competitividad de la agricultura y la industria.

El crecimiento potencial depende esencialmente del aumento de personas dispuestas a trabajar y de su productividad. De acuerdo a las cifras del INE, la fuerza de trabajo se ha reducido en casi 50.000 personas a lo largo de los últimos doce meses (gracias a lo cual, dicho sea de paso, se mide menos desempleo). Es sabido que la baja participación laboral de mujeres y jóvenes es en Chile un serio obstáculo para el crecimiento y la superación de la pobreza. Las reformas laborales para remediar el problema siguen pendientes.

La productividad laboral –el otro ingrediente del crecimiento sostenido- está aumentando a un ritmo inferior al 3% anual.
Falta inversión en capital físico y humano, modernización de la administración pública, descentralización educacional, privatización de empresas estatales y desregulación de mercados.

La agenda microeconómica debe enfocarse hacia el crecimiento de largo plazo, pero su pronta puesta en marcha tendría fuertes repercusiones, también en el corto plazo, y alentaría una rápida recuperación de la inversión.

El desafío para el 2007 no es conseguir un repunte circunstancial del producto, sino que aprovechar la inmejorable oportunidad que nos brinda hoy el mundo para retomar la carrera del crecimiento alto y sostenido.

Mi comentario final: Con franqueza, no estoy para nada optimista. Creo que este socialismo de tercera fila no lleva para ninguna parte.

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