Wednesday, November 15, 2006


Semblanza de un criminal

Sadam: Historia y Justicia
por Rafael Bardají | Publicado el 9/11/2006

Como dictador soberano, la «obra» de Sadam no tiene desperdicio. Toda la violencia que vivió desde su niñez la amplificará y la esparcirá dentro y fuera de su país. Acaba de ser sentenciado por el asesinato de 148 civiles, incluidos algunos niños, en 1982. Pero ese acto, por terrible que sea, palidece ante la brutalidad de la que hizo gala Sadam en todo su mandato.


La Historia ya le había hecho justicia y Sadam será siempre recordado como «el carnicero de Bagdad», el brutal dictador capaz de encarcelar, hacer torturar y ordenar la ejecución caprichosa de sus ciudadanos, si con ello aseguraba su poder personal. A estas alturas de la película de su vida no creo que nadie ponga en duda ni su despiadada personalidad ni la violencia de sus decisiones y actos.

De hecho, brutalidad y violencia son dos constantes en la vida de Sadam Hussein. Huérfano de padre en su nacimiento, medio repudiado por su madre, fue adoptado por su tío Jairalla Mslat, un militar ultranacionalista y declarado filo-nazi. En su estela el joven Sadam conocerá los entresijos de la política árabe, plagada de intrigas y dobleces. Con veinte años de edad, intentará ingresar en la academia militar en Bagdad, pero será rechazado. A cambio, se enrola en el partido Baath, fundado diez años antes como el Partido de la Resurrección Socialista Árabe. Un año después, en 1958, el tío de Hussein le recluta para asesinar a un líder comunista de Tikrit, la ciudad adoptiva de Sadam. Sadam le descerrajará un tiro en la nuca y aunque fue arrestado y pasó seis meses en la cárcel, al final saldría libre por falta de pruebas. No contento con su macabra hazaña, Sadam volverá a ponerse a las órdenes de su tío unos meses más tarde y participará en el intento frustrado de acabar con la vida de Abdul Karim Qasim, entonces jefe de gobierno. Sadam huirá a Egipto y será sentenciado a muerte en rebeldía. Tenía veintidós años.

En 1963 el gobierno de Qasim es derrocado y el partido Baath toma el control del país por unos meses, justo hasta que es destronado por un nuevo golpe en noviembre del mismo año. Husseim que había regresado a Irak es arrestado y encarcelado. En prisión, será alzado a la cúpula del partido, ocupando la posición número dos tras Bakr, el secretario general. En 1967, Sadam logrará escapar gracias a la ayuda de sus carceleros y poco después organizará un golpe que instalará al Baath de nuevo en el poder. Es el 17 de julio de 1968. A partir de ese momento Sadam Hussein comenzará la larga lista de purgas que jalonará toda su vida. La idea de controlar él solo todo el poder le llevará a organizar un golpe palaciego en 1977 para acabar con el líder del Baath, Bakr, que será puesto en arresto domiciliario hasta su muerte en 1982.

Como dictador soberano, la «obra» de Sadam no tiene desperdicio. Toda la violencia que vivió desde su niñez la amplificará y la esparcirá dentro y fuera de su país. Acaba de ser sentenciado por el asesinato de 148 civiles, incluidos algunos niños, en 1982. Asesinato que como él mismo ha reconocido durante el juicio, ordenó como represalia tras sufrir un ataque en Dujail, al norte de Bagdad. Pero ese acto, por terrible que sea, palidece ante la brutalidad de la que hizo gala Sadam en todo su mandato. De hecho, Sadam Hussein tiene pendiente otra causa por varios hechos mucho más sangrantes. Me refiero a la campaña Anfal de 1987, dirigida contra los kurdos a los que Sadam quería dar un castigo ejemplar por haber ayudado a los iraníes durante la guerra. Aunque el ataque más famoso es el de la aldea de Halabjah, donde el 16 de marzo de 1988 la aviación iraquí asesinó indiscriminadamente con gas mostaza y otros agentes nerviosos a unos 5.000 lugareños, aquella campaña de represión se saldó, según el tribunal que lo juzga, con más de cien mil víctimas.

Con todo, hay más cuentas pendientes con el dictador de Bagdad. Por ejemplo, sintiendo que su poder se resquebrajaba tras ser derrotado por la coalición internacional en 1991, Sadam se lanzará a una ola de represión generalizada: dos millones de kurdos tendrán que huir por el norte mientras que en el sur unos 150 mil shíis son eliminados y otros 200 mil deberán huir para salvar su vida. Como añadido, Sadam impondrá un mortal bloqueo para los kurdos y llegará a secar las marismas al sur de Basora. Simultáneamente, bombardeará con gas mostaza, desde los helicópteros que la ONU le permitió operar, las ciudades santas de Najaf y Kerbala. Si Hussein no siguió fue porque las tropas americanas y británicas impusieron una zona de exclusión área que evitó mayores desgracias para la población iraquí.

Que Hussein no tenía respeto por la vida de los demás es algo demostrado. No le importó masacrar a cientos de miles de iraníes, incluido el empleo de armas de destrucción masiva y el lanzamiento de misiles de largo alcance contra núcleos urbanos alejados del frente, ni pestañeó castigando a sus súbditos durante los años de sanciones impuestas por las Naciones Unidas desde 1991 ante su empeño en no querer cooperar con los inspectores de la ONU. Como hemos descubierto con el programa de petróleo por alimentos, Sadam eligió corromper a todo el mundo y enriquecerse personalmente aunque eso supusiera dejar sin medicinas a los hospitales iraquíes. Incluso logró que el hijo de Kofi Annan, el saliente secretario general de Naciones Unidas, disfrutara de un bonito mercedes rojo gracias a los trapicheos de su empresa con Irak y a la impunidad de su apellido.

Sadam tenía una ambición: ser el líder del mundo árabe y el dueño del Golfo. La resistencia iraní le llevó a acelerar sus programas no convencionales, sobre todo el nuclear. Y aunque éste parezca que se haya evaporado, como acaba de descubrir el «New York Times» ni más ni menos, los documentos incautados en 2003 por las fuerzas de la coalición y que poco a poco se iban colgando de una página web servida por el Pentágono, eran tan útiles para fabricar una bomba que el acceso libre a los mismos resultaba excesivamente peligroso. Igual ocurre con los traídos contactos entre las fuerzas de Sadam y terroristas islámicos, incluida Al Qaida. Poco se ha podido documentar, pero de lo documentado sólo puede deducirse una cosa: el régimen de Sadam estaba dispuesto a favorecer a cualquiera que supusiera una amenaza para Israel y los Estados Unidos.

El sueño de Sadam, que le llevó a autoemparentarse con el profeta se truncó finalmente con la intervención militar de 2003. Sus bravuconerías y engaños no impidieron que las fuerzas de la coalición llegaran rápidamente a Bagdad, de donde huyó. Anduvo escondido medio año, hasta su captura el 13 de diciembre de 2003. A pesar de haber prometido no dejarse capturar vivo, se entregó sin resistencia. Aunque las tomas de su reconocimiento médico dieron la imagen de un loco, Sadam de loco nada. Durante su juicio ha dado reiteradas pruebas de sus plenas facultades mentales. Sólo que sus facultades son las de alguien que no muestra arrepentimiento alguno y que volvería a cometer sus crímenes sin dudarlo. Las facultades de un demonio.

En 1978 escuché a unos representantes del Baath jaleados por la izquierda y la progresía de la Facultad de Políticas. Se les aplaudía por representar el proyecto de un hombre nuevo, socialista, en el mundo árabe. Desde entonces no me he podido librar de Sadam. Ahora me alegro de que un tribunal competente y legítimo, iraquí para más señas, haga finalmente justicia. Sadam ha hecho demasiado daño al mundo y su condena espero que sirva para poner punto y final al tramo más negro de la vida en Irak. No va a arreglar la actual situación en el país, pero tampoco la empeorará. Y sin embargo, dará un nuevo brillo moral a un pueblo que se hubiera librado mucho antes de él si hubiera sabido cómo. Algo a lo que nosotros no contribuimos mucho y que si no hubiera sido por Bush, Blair y Aznar, nunca hubiera ocurrido.


UNA NOTICIA DE EL MERCURIO

Espeluznante video presenta fiscalía como prueba en juicio a Hussein



Martes 19 de Diciembre de 2006

14:10
AP

BAGDAD.- Un tribunal vio escalofriantes videos de niños asesinados con gas y pobladores que huían de nubes de humo blanco, al argumentar la fiscalía el martes que Saddam Hussein y su régimen emplearon armas químicas contra los curdos del norte de Irak a fines de la década de 1980.

“Estos niños son los saboteadores a los que se refieren los demandados”, afirmó sarcástico el fiscal Munqit al-Farun a medida que las tomas mostraban gran cantidad de niños muertos, cubiertos parcialmente con frazadas en el suelo.

Parte de esto son Las fotos que muestro en este blog

Se refería al argumento de la defensa de que Hussein y sus codemandados estaban combatiendo a insurgentes curdos durante la ofensiva militar de 1987-88 cuyo nombre en clave era Operación Anfal.

Hussein y seis ex integrantes de su régimen se han declarado inocentes de los cargos de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad por el papel que desempeñaron en la operación, en la que murieron aproximadamente 180.000 curdos. El ex dictador y un demandado se han declarado inocentes del cargo adicional de genocidio.

“Este es el resultado de los ataques con sustancias químicas”, gritó el fiscal en el tribunal, refiriéndose a los niños muertos.

Al-Farun no reveló la fuente de los videos, un tanto borrosos y de sonido defectuoso. Bajo las imágenes se encontraba una leyenda con fechas de 1987 y 1988.

Un video mostró una espesa nube de humo blanco tras una intensa explosión, mientras cazas bombardeaban una región montañosa. Posteriormente pudo verse a los pobladores que huían con sus burros, mientras las viviendas se incendiaban.

“Se presentan estas imágenes para mostrarle al tribunal todos los aspectos de la ofensiva militar de Saddam”, dijo al-Farun. “Incluyen videos de los ataques con sustancias químicas, familias que escapan, cazas que bombardean sus poblados y los campamentos donde se les detuvo”.

La corte suspendió la sesión hasta el miércoles. Y si Hussein y los otros demandados son declarados culpables, los siete podrían enfrentar la pena de muerte.

El ex dictador ya ha sido declarado culpable y sentenciado a muerte por la matanza de casi 150 personas en el poblado de Dujail después de un intento para asesinarlo en 1982. Sus abogados han apeleado el veredicto y la sentencia, y se espera que el tribunal de apelaciones emita su fallo el mes próximo.

Tuesday, November 07, 2006


Mírenla bien, porque se acaban....


Desgraciadamente, el fenotipo nórdico está en extinción, y no es broma; y el refrescante panorama que vemos en la foto, puede ser en el futuro no más que un lindo recuerdo, algo así como la foto de un Ona o un Yagán; con la diferencia que las razas del sur del mundo se extinguieron contra su voluntad, por guerras o enfermedades, mientras la sociedad europea, más opulenta que nunca y en el mejor momento de su historia, ....se está suicidando.

Un fenómeno sin precedentes: Occidente se suicida, el futuro de Europa es moreno y muy posiblemente musulmán; no podemos saber ahora qué pasará con la herencia cultural europea, si desaparecerá o si será enriquecida con la fusión islámica, o si se mantendrá en América, con marcado acento hispanoamericano, lo que quiera que eso signifique.

Cedo la palabra, en primer término al Nobel Sr. Gary S. Becker, y luego una interesante reseña del libro "América Alone"del Sr. Mark Stein:

Gary S. Becker*

35060920 Septiembre 2006


Chicago (AIPE)- El siglo XX logró la mayor reducción en las tasas de mortalidad, no sólo en los países ricos sino alrededor del mundo. Tasas muy bajas de nacimientos en un creciente número de países se perfila como el gran acontecimiento demográfico del siglo XXI. La tasa de fertilidad indicando el número de hijos de la mujer promedio tiene que ser no menos de 2,1 para que no baje la población de un país sin inmigrantes. Sin embargo, ya unos 70 países donde vive casi la mitad de la población del mundo tiene una tasa de fertilidad inferior a 2,1 y es aún más baja en muchas naciones.

Toda Europa tiene bajas tasas de nacimientos, lo mismo que muchos países asiáticos, incluyendo a Japón, ambas Coreas, Hong Kong y Taiwán. Japón, Italia, Rusia y España son los países con las tasa más bajas de nacimientos, donde en promedio las mujeres tienen poco más de un hijo. Hong Kong es el caso más extremo, donde nace menos de un hijo por mujer.

Cuando la tasa de natalidad está por debajo del nivel de reposición, ese país debe recibir una cantidad suficiente de inmigrantes para mantener una población estable o creciente. Como Japón ha estado opuesta a recibir inmigrantes a menos que sean descendientes de japoneses, la inmigración ha sido insignificante y no sorprende que sea uno de los primeros países en experimentar la caída de su población. La población se reduce también en Rusia no solamente por tener una tasa de natalidad muy baja, sino porque muchos rusos emigran y por sufrir una alta tasa de mortalidad. El promedio de vida en Rusia está por debajo de los 60 años. Por el contrario, en Estados Unidos sigue creciendo la población porque la tasa de nacimientos se mantiene a un nivel de reemplazo de las muertes, atrae a mucha inmigración y esos inmigrantes tienen una tasa mayor de natalidad.

Si en Japón y Rusia persisten las actuales tasas de natalidad y si estos países no cambian su actitud hacia la inmigración o su habilidad de atraerla, se acelerará la caída de su población. La razón es que la baja tasa de natalidad es conducente a menor número de hombres y mujeres en edad de tener hijos. La proyección del Banco Mundial es que la población de Rusia disminuirá en más de 25%, a unos 100 millones de habitantes, para el año 2050, a menos que haya un cambio drástico en las tendencias de mortalidad e inmigración.

Hace poco, muchos se preocupaban del rápido crecimiento de la población mundial. Todavía algunos se preocupan y se presumía que la caída de la población sería una buena noticia para esos países. Lo contrario está sucediendo: muchos países proponen o instrumentan subsidios para que se tengan más hijos. Francia tiene un costoso sistema de asignaciones a mujeres con más de un hijo. Vladimir Putin propuso aún mayores beneficios para fomentar que las mujeres rusas tengan más hijos. Japón está considerando mayores incentivos.

¿Qué preocupa sobre las bajas tasas de natalidad y es ignorado por los neomalthusianos que siguen clamando en contra de aumentos de la población? Una consecuencia de bajas tasas de natalidad y más largas expectativas de vida es que una menor proporción está en edad de trabajar, en comparación con el número de jubilados. El resultado es que el financiamiento de las jubilaciones y gastos médicos se convierte en un reto cada día mayor por tratarse de gastos financiados en la mayoría de los países por impuestos de seguro social que pagan quienes actualmente trabajan.

Felizmente, el cambio a un sistema de cuentas individuales de jubilación aliviaría el problema. Bajo ese sistema, los individuos acumulan activos a lo largo de su vida de trabajo en cuentas de ahorro de jubilación y salud. Y empezarán a utilizar esos ahorros a una edad mayor para pagar por lo que consumen y por sus gastos médicos. Este sistema rompe la conexión entre los actuales trabajadores y los beneficios de jubilación, reduciendo a la vez las consecuencias negativas de una menor proporción de gente en edad de trabajo.

Pero hay otra consecuencia negativa de la caída de la población que casi nunca se toma en cuenta. Al haber menos gente se reduce la innovación porque hay una menor proporción de jóvenes. La gran mayoría de las nuevas ideas provienen de inventores y científicos de menos de 50 años, a menudo bastante menores.

Las innovaciones también requieren intensos esfuerzos iniciales en investigación y desarrollo, con altos aportes de personal capacitado y capital. Ese costo se justifica sólo cuando hay gran demanda de ideas y de nuevos productos. La magnitud de la demanda depende del ingreso per cápita y del número de personas que se beneficiarían de esos nuevos productos, de avances médicos y en otros campos. El número de beneficiarios se relaciona al total y a la edad de la población. La ley Orphan de 1983 reconoce la importancia de la población en estimular las innovaciones. Esa ley concede protección especial de patentes a empresas farmacéuticas que producen nuevas medicinas para gente con enfermedades raras; es decir, enfermedades que afectan a menos de 200 mil personas.

Inclusive, los efectos negativos del crecimiento poblacional que a menudo se citan, tales como mayor contaminación, se pueden solucionar o aliviar con más gente. Una mayor población aumenta el incentivo a innovar que incluye innovaciones en reducir la contaminación.

¿Cuál es el futuro de países con baja fertilidad como Japón? Algunos analistas creen que su baja tasa de fertilidad es sólo temporal y que pronto alcanzará el nivel de reposición. De hecho, el número de nacimientos en Japón aumentó 2% en los primeros seis meses de 2006 y el ministerio de Salud es optimista, pensando que la tasa de fertilidad seguirá aumentando al lograr Japón restablecer su crecimiento económico y bajar el desempleo.

Yo soy menos optimista. Desde 1970, ningún país ha logrado un salto en su tasa de fertilidad luego de que ésta haya caído bastante por debajo del nivel de reposición. Las tasas bajas de natalidad se deben al alto costo de criar niños, especialmente cuando las mujeres están mejor educadas y el deseo de los padres en economías basadas en conocimientos de invertir más en cada hijo, en lugar de tener hijos adicionales. La tasa de nacimiento podría incrementarse aumentando las asignaciones a las madres y dando subsidios a establecimientos que cuidan a niños pequeños. Pero aun generosos subsidios a los padres suelen tener poca efectividad. Dos economistas franceses han estudiado el complicado y costoso sistema de su país, concluyendo que ha logrado aumentar la tasa de nacimientos en apenas 0,1: de 1,7 a 1,8.

Mi conclusión es que la fertilidad en países como Japón que está muy por debajo del reemplazo de la población no aumentará en las próximas décadas al nivel requerido de 2,1 hijos, por más subsidios que se concedan. La solución para esos países es abrirle las puertas a la inmigración. Pero en casi todas partes la inmigración en gran escala crea problemas políticos, económicos y sociales. Para Japón, la inmigración no es una alternativa aceptable, por lo que al igual que Rusia y muchos otros países confronta un futuro demográfico y económico preocupante.

___* Premio Nobel de economía. Artículo publicado originalmente por el Wall Street Journal. El profesor Becker y ese diario autorizaron la traducción de AIPE.

© www.aipenet.com

America Alone, de Mark Steyn
El Suicidio de Occidente


por Rafael Bardají | Publicado el 29/10/2006
Mark Steyn es un conocido ensayista de origen canadiense pero afincado en la Costa Este de los Estados Unidos. Impenitente viajero, sus artículos se ven publicados en diversos medios, desde Vanity Fair al semanario neoconservador Weekly Standard y también en El Iberoamericano. Su estilo es directo, vibrante, punzante. Y las ideas que defienden no lo son menos.

¿El futuro de Europa?
El último libro de Mark Steyn, America Alone se fundamenta en una sola idea, simple pero potente y preocupante: Occidente como concepto está muerto; y como realidad humana, se está suicidando. América se va a ver sola ante los retos del mundo en unos pocos años. De hecho –y a decir verdad- más que América sola, el título debiera haber sido América abandonada. Idea que hace más justicia a las tesis y sentimientos de Steyn expuestos en esta obra.

La línea argumental de esta nueva obra de Mark Steyn es clara: Lo que hoy conocemos como Occidente no va a sobrevivir a este siglo XXI que nos toca. Es más, buena parte de esta comunidad liberal, sobre todo en Europa, desaparecerá mucho antes. Tanto que quizá nos toque verlo. El suicidio de Occidente que nos avanza el autor nada tiene que ver con las visiones apocallípticas a las que nos tienen acostumbrados –hartos estaría mejor empleado- los ecologistas, conservacionistas y demás antiglobalización. Ni Occidente ni el mundo morirán por falta de petróleo o demás recursos naturales; ni las hambrunas amenazarán el boom demográfico; ni una nueva glaciación que suceda a un previo calentamiento será la causa de ello. La cuestión es mucho más simple y eso es lo que nos viene a recordar este libro de Steyn: en el futuro no habrá que preocuparse de todas esas predicciones porque para cuando se materialicen, si es que lo acaban haciendo, no habrá casi nadie humano en nuestro entorno –porque, no lo olvidemos, somos los occidentales quienes nos preocupamos por todas esas cosas, no los chinos, árabes o nigerianos- que pueda sufrirlas. Habremos desaparecido mucho antes.

¿Cómo eso? Para Mark Steyn es muy sencillo de explicar y de entender: simplemente, los occidentales, al menos buena parte de ellos con la sola excepción de los americanos, ni crecemos ni nos multiplicamos, sino todo lo contrario. No es ilógico para una sociedad no sólo secularizada, sino sobre todo post-cristiana y post-bíblica. Pero no por consistente deja de ser menos suicida. Como el autor nos recuerda, la tasa de reposición social, esto es, la cantidad de niños que una mujer fértil debe tener para que una población dada se mantenga estable, es decir, que ni crezca ni se reduzca, es de 2’1. En ese sentido, el mundo, globalmente considerado, está actuando más que bien. El problema es que esa “eficacia” está desigualmente repartida y eso va a causar un ajuste global como nunca antes visto. Los países que están a la cabeza en cuanto a tasa de reposición se refiere, son: Somalia, Nigeria, Afganistán y Yemen, con 6’91, 6’83, 6’78 y 6’75 respectivamente. ¿Sorpresa quien está en los puestos más bajos? Alemania, Rusia, Italia, Japón y España. Entre el 1’3 y el 1’1.

El Instituto Nacional de Estadística posiblemente argüiría que los datos que usa Steyn ha quedado relativamente obsoletos y que el crecimiento de la población en parte de Europa se está recuperando. Particularmente en España se habría alcanzado el 1’34 en el último año. Pero para desgracia nuestra y refuerzo de las tesis de Mark Steyn este crecimiento se debe al aumento de la población emigrante y los mayores índices de natalidad que sostienen frente a los nativos españoles. Nada mejor que un paseo por las plantas de obstetricia y ginecología de nuestros hospitales públicos para comprobarlo in situ.

Por tanto, acorde con el autor, aunque todo el mundo acabe asumiendo la actual apatía demográfica de los países avanzados y occidentales, aquellas sociedades o pueblos que sucumban a ella más tarde gozarán de una gran ventaja competitiva de aquí hasta que ese momento les llegue. Esta ventaja competitiva es más que importante en la sustentación de las tesis de Mark Steyn puesto que para que América se quede sola es condición imprescindible que el resto de Occidente la abandone de una forma u otra. Así como el mundo es hoy más islamista que hace dos décadas, Europa es también más musulmana hoy que hace 20 años. Aún peor, dada las tendencias demográficas en su seno, aún lo será más dentro de otros 20 años. Cierto, las mujeres musulmanas en suelo europeo reducen rápidamente su alta natalidad de su tierra de origen, pero con todo, la tasa más baja a la que han llegado de 2’9 hijos. Lo que quiere decir, que mientras que en una generación, italianos y españoles se reducen a la mitad, los musulmanes en Europa seguirán doblándose durante bastante tiempo. La pregunta que se hace el autor, ¿que impacto tendrá este crecimiento desigual y sostenido durante décadas? Es más que apropiada.

Para Mark Steyn el problema fundamental es la cerrazón y la ceguera que los europeos tenemos para ver realmente nuestro futuro. Preferimos discutir interminablemente sobre arreglos institucionales, sobre multitud de cuestiones que son irrelevantes o secundarias y nos dejamos seducir por la falsa idea de que todo permanecerá más o menos como lo conocemos. Estamos ciegos. Si la demografía se vuelve islámica, tarde o temprano Europa será del Islam. No más Unión Europea, sino más bien Unión Euroarábica. El libro de Mark Steyn recoge ya de por sí suficientes evidencias de qué significaría eso, porque se empieza a sufrir en muchos rincones de Europa. Un cineasta asesinado allí, una parlamentaria que se tiene que exilar a América, un local gay asaltado, otra paliza a chicas “díscolas” en otro barrio, el asesinato a judíos por el mero hecho de serlo…una Europa islamizada no sería más suave, todo lo contrario. De ahí que sean más sorprendentes las manifestaciones de solidaridad con la cultura islámica de grupos de izquierda o feministas en Europa, justo las primeras comunidades que sufrirían el asalto del totalitarismo islámico.
Y esa es la segunda gran tesis de Mark Steyn: lo verdaderamente importante en esta lucha histórica entre occidente e islamización es la debilidad de los occidentales, y más en particular de los europeos, para defender los principios con los que se ha creado y se basa Occidente. El Islam tiene su fuerza, sin duda, sobre todo se si materializa en la forma de terroristas suicidas, pero es más fuerte en la medida en que nosotros somos más condescendientes, retraídos y cobardes. Nuestra debilidad es el alimento de su fuerza.

Si uno hace un discurso crítico con el Islam es inmediatamente tildado de xenófobo y racista. Pero nada de la crítica que se hace al Islam tiene que ver con la raza. Tiene que ver con la cultura social y política que se deriva de la práctica del Islam. A nadie nos molesta un indio o una india vestida a su manera. Porque la India es una nación democrática. El burka o el velo por nuestras calles es ofensivo por lo que connota de rechazo a los valores más básicos que nos han servido de identidad, como europeos, como occidentales, como avanzados, como liberales y como progresistas. Como el propio Steyn dice, si el 100 por 100 de la población de verdad cree en la democracia liberal, poco importa el color de la piel o que haya minorías o mayorías de color. Pero si una sociedad está dividida y separada por culturas donde una parte sí cree en la libertad individual y la otra parte no, que los primeros sean mayoría o minoría es de una gran importancia.

La parte más endeble del libro de Steyn tiene que ver con sus recomendaciones. Su prosa mordaz y colorida se vuelve más gris y menos definida. Posiblemente porque nadie tenga soluciones listas para los problemas a los que nos enfrentamos y nos enfrentaremos. Al menos Steyn sabe que mientras que la población europea nativa se encoge en beneficio de la emigración, los Estados Unidos acaban de superar los 300 millones y que llegarás a los 500 en algún punto de mitad de siglo. Igualmente, Steyn no aborda más que de pasada el agrio debate que sobre la identidad nacional y la emigración está teniendo lugar en la propia Norteamérica. Con todo, el libro es meridianamente claro: América y Europa han elegido caminos distintos para el futuro. Y eso nada tiene que ver con Bush y Chirac, mucho menos con ZP. Lo más curioso, el análisis demográfico que hace de los Estados Unidos, los que están en crisis demográfica por los demócratas y los más dinámicos poblacionalmente hablando, a favor de los republicanos.

Sea como fuere, este es un libro fácil de seguir y de leer, con una prosa periodística que hace pasar las páginas con rapidez, lleno de anécdotas, peor no por eso menos serio y consistente. Para todos los que queremos que Europa no se quede sola (antes de que América se quede sola) es una lectura más que interesante, requerida. Como reza el subtítulo de este libro: es el fin del mundo tal y como lo conocemos. Ni más, ni menos.

America Alone: The End of the World As We Know It, de Mark Steyn. Regnery Publishing (Washington DC), 2006; 256 páginas.



Por ahí estuvo declarando ella, que desea para Chile un "Estado de Bienestar"....sin especificar a qué se refería pero suponemos que estaría pensando en algún bucólico modelo socialista Europeo, posiblemente Sueco.... Dios nos libre.
Podríamos repasar un poco lo que eso significa, antes de meternos en un forro del que es muy difícil salir, porque vivir para pagar impuestos que no se sabe en qué se gastan,,, eso sí que es forro.

Cedo la palabra:

¿¿Nos conviene el “Estado de Bienestar”??

(ponencia de Rafael Aldunate, tomada de “La Segunda”)

Ciertamente que los países nórdicos y Suecia en particular se beneficiaron de un periodo de crecimiento, productividad y bienestar social casi sin precedentes … ..pero solo hasta 1950.
Desde esa década su valor marca país ...y su prestigio han estado por delante de sus reales avances; su verdadero derrotero más bien ha sido una paulatina y sostenida declinación. Desde 1970 a la fecha, Suecia ha descendido en riqueza, del lugar 5 al número 16 entre los países desarrollados, es decir, de los primeros a los últimos entre sus pares.
Su mentado “modelo social” sustentado en los impuestos mas altos del mundo, vinculados al mas generoso Estado Benefactor, ha perdido dinamismo a tal extremo, que la herencia más trascendental que puede legar un Gobierno, la creación de trabajo sustentable, ha estado desmedrando sistemáticamente en Suecia.

Según la prestigiosa consultora internacional McKinsey el desempleo “verdadero” se mueve en un lapidario rango entre 15% y 17%. Estudios internos sostienen que su país no ha creado empleos netos privados remontándose nada menos que a 1950, sin una escuela de empuje y laboriosidad; “anestesiado” por un Estado asistencialista que hace perder vigor a las células vivas que dan forma y organización a una sociedad.

Una evidencia adicional, un dramático 16% del total del gasto público se escurre en un amplio abanico de prestaciones relativas a licencias y gastos médicos, el ausentismo al trabajo es una constante y no una excepción. Entre las 50 mayores empresas de Suecia solo “una” se ha creado después de 1970 y la falta de iniciativa individual se traduce en la tasa más reducida de empleados independientes de toda la OCDE. Con el agravante de un mercado de trabajo asfixiantemente regulado, jineteado por poderosas confederaciones de sindicatos que no ceden pretéritas reivindicaciones subvalorando la competencia global, y restando opciones a las nuevas generaciones.

Según el Banco Central Europeo la productividad de su sector público es la mitad del de Estados Unidos . Esto tiene mayor repercusión cuanto tantos dependen del Estado; un 30% trabajan para él, y algo mas de otro 30% recibe trasferencias directas del Estado, lo que condicionó que de 74 años de vida parlamentaria, 65 votaran por el mismo gobierno social-demócrata….atacar al gobierno se asociaba como un ataque a Suecia en si misma!!.

Pero se ha estdo hipotecando el bienestar no solo futuro sino también del presente por una discutible maquinaría de asistencialismo estatal montada para la perpetuación de un sistema politico.

La oposición finalmente ha ganado desmitificando una ilusión que no era permanente, real ni consistente, haciendo tomar conciencia a los electores del real “ estado de situación”.

Sin embargo, al promover una mayor privatización; reducir los subsidios laborales; endurecer el trato a la delincuencia; disminuir el impuesto al patrimonio y facilitar a las empresas tanto las contrataciones como los despidos, está dando una nítida señal de que los impuestos ahogan el crecimiento y que el Estado no es un buen generador ni administrador de recursos.

Y por ello la figura moderada del joven ( 41 años)nuevo líder de la Alianza, Fredik Reinfeldt no será solo un paréntesis, como cierta prensa quiere interpretarlo …y así se lo exigirá su mayoría democrática cuando tomen mayor conciencia de que los incentivos perversos hacían más atractivo quedarse en casa que trabajar, y que con permisos de maternidad de 480 días, ….se conseguían votos pero no se construía país, y la sociedad caía en un peligroso letargo.

La Concertación va por un similar camino … una coalición política que prioriza su objetivo electoral exitosamente, el temor a la precariedad social y la influencia de organizaciones sindicales cupulares le inhiben a reformas de cara a la globalización y las exigencias competitivas de sus propios Acuerdos Comerciales que ha firmado con gigantes continentales.

Rafael Aldunate V.
Director Económico MCC Inversiones Globales


¿¿Por que no crecemos??

Columna de Juan Andrés Fontaine tomada de “La Segunda”

Son pasajeras las malas cifras que ha producido últimamente la economía, se nos dice. Debemos confiar en una pronta recuperación del dinamismo acostumbrado, porque nuestra economía está sana, el clima internacional sigue muy favorable y la conducción de la política económica es correcta.

En verdad, hay indicios positivos. Las importaciones de maquinaria y equipos han comenzado a repuntar. Las últimas cifras de ocupación del INE sugieren un avance en empleos. Por la caída del petróleo, los salarios reales podrían mejorar. Las expectativas de consumidores y empresarios muestran el regreso de un cauto optimismo. La bolsa –azuzada por los excelentes resultados de algunas empresas- ha subido 21% a lo largo del año.

Todo indica, entonces, que el optimismo que transmiten las autoridades de gobierno puede ser justificado. Pero hay un molesto detalle que no podemos pasar por alto: doce meses atrás, las perspectivas también parecían muy promisorias y, contraviniendo todas las proyecciones, terminaremos este año con crecimiento inferior al 4,5% anual. ¿Dónde estuvo la falta? ¿Cómo evitar su repetición?

En el candente debate sobre las causas y remedios del enfriamiento económico suelen confundirse dos dimensiones diferentes del problema. El primero es que el crecimiento del PIB será un punto porcentual inferior a la expansión estimada en el producto potencial, o lo que es lo mismo, la capacidad productiva.
El segundo es que esa tasa de crecimiento potencial es hoy muy inferior al estimulante ritmo que conocíamos hasta mediados de la década pasada.
La brecha entre el crecimiento efectivo y el potencial es un problema de origen macroeconómico. La elevación del crecimiento potencial, en cambio, exige reformas en el campo de la microeconomía.

Para nuestras autoridades la causa del bajón es una suma de factores puntuales, como la huelga de Escondida y un derrumbe en Chuquicamata, pero esos imprevistos explican una reducción de no más de tres décimas en la tasa de crecimiento anual del PIB.
Los restantes factores “puntuales” -por ejemplo, el golpe del alza del petróleo sobre los ingresos y las expectativas – actúan sobre la demanda agregada y son precisamente el tipo de perturbaciones que una política macroeconómica atenta debe saber neutralizar. Y es inevitable que eventos semejantes surjan en el futuro.

Durante el presente año las malas expectativas suscitadas por la ley de subcontrataciones y las demoras en la ejecución presupuestaria han afectado negativamente la demanda interna. Por otra parte, el impacto del golpe petrolero pudo ser paliado con una rebaja de los impuestos a los combustibles , haciendo uso de las holguras presupuestarias disponibles, pero no se hizo.

Buena parte de las esperanzas sobre una recuperación del dinamismo el próximo año están cifradas en el presupuesto fiscal expansivo que hoy se tramita en el Congreso. Dicho presupuesto contempla un incremento de 8,8% real en el gasto público, el más alto desde 1991.
La reciente proyección de la actividad de la construcción, anticipa un saludable aumento para el próximo año, pero esa perspectiva depende crucialmente de la expansión de 24% prevista en la construcción de viviendas e infraestructura con financiamiento estatal. Mientras tanto, el ritmo en la construcción privada se elevaría tan sólo al 3%.

La ejecución diligente y eficiente del presupuesto fiscal será una condición decisiva para que el 2007 sea en verdad un buen año. Consideradas las "demoras" (y los robos) en las que suele incurrir nuestra burocracia, no parece lo más prudente confiar sólo en la capacidad de tiro del paquidermo estatal para basar el impulso económico.

El problema más serio no es el bajón en el crecimiento del presente año, sino la insuficiencia del crecimiento potencial. El remedio para volver a crecer rápido y sostenidamente es un conjunto de reformas que cuentan con amplio consenso técnico, pero que se estrellan una y otra vez contra el muro de los intereses económicos y las conveniencias políticas. El presupuesto fiscal 2007 no sólo no acomete las reformas prioritarias –que suelen ser caras-, sino que plantea una expansión del gasto que no puede sino tener un efecto negativo sobre el dólar y la competitividad de la agricultura y la industria.

El crecimiento potencial depende esencialmente del aumento de personas dispuestas a trabajar y de su productividad. De acuerdo a las cifras del INE, la fuerza de trabajo se ha reducido en casi 50.000 personas a lo largo de los últimos doce meses (gracias a lo cual, dicho sea de paso, se mide menos desempleo). Es sabido que la baja participación laboral de mujeres y jóvenes es en Chile un serio obstáculo para el crecimiento y la superación de la pobreza. Las reformas laborales para remediar el problema siguen pendientes.

La productividad laboral –el otro ingrediente del crecimiento sostenido- está aumentando a un ritmo inferior al 3% anual.
Falta inversión en capital físico y humano, modernización de la administración pública, descentralización educacional, privatización de empresas estatales y desregulación de mercados.

La agenda microeconómica debe enfocarse hacia el crecimiento de largo plazo, pero su pronta puesta en marcha tendría fuertes repercusiones, también en el corto plazo, y alentaría una rápida recuperación de la inversión.

El desafío para el 2007 no es conseguir un repunte circunstancial del producto, sino que aprovechar la inmejorable oportunidad que nos brinda hoy el mundo para retomar la carrera del crecimiento alto y sostenido.

Mi comentario final: Con franqueza, no estoy para nada optimista. Creo que este socialismo de tercera fila no lleva para ninguna parte.